¿Cómo saber si mi hijo o hija puede desarrollar una adicción?

Como dijimos en en artículo anterior, existen variados factores que contribuyen a determinar si un ser querido puede o no desarrollar una adición.

 

Es importante que al momento de evaluar si alguien de nuestra familia tiene un consumo riesgoso o definitivamente presenta una adicción, pongamos atención a los hechos y sigamos nuestro instinto.

 

Los adolescentes tienden a experimentar como parte del proceso de construcción de su identidad. Lo importante es que detectemos si lo que está haciendo nuestro hijo es consecuente con un desarrollo normal o estamos frente a una conducta de riesgo que puede traer consecuencias negativas.

 

 

Tal y como lo señala el Dr, Raúl Schilkrut en su libro Drogas y Alcohol. La Enfermedad de los sentimientos, hay una serie de factores que inciden en el desarrollo de una adicción.

 

¿Qué factores debemos considerar al momento de evaluar?

 

  • La personalidad previa, el tipo de familia, el ambiente que rodea a la persona en el momento de probar la droga, son factores de riesgo que influyen en forma determinante.

 

  • Las personalidades extremas, de tipo polar, son las más expuestas. Los niños tímidos, inseguros y callados tienen mayor riesgo.

 

  • La misma vulnerabilidad presentan los más osados, rebeldes, deseosos de conocerlo todo, por lo que naturalmente también experimentan con las sustancias.

 

  • Las situaciones familiares de crisis o de conflicto favorecen entrar en el consumo.

 

  • Una ruptura, como la separación de los padres, es otro de los factores detonantes.

 

  • Aquellos que viven en un hogar donde abunda el maltrato encuentran en la droga un escape.

 

  • Pero también se dan casos en familias que viven situaciones extremas como la enfermedad de un padre, la viudez o la necesidad de trabajo de ambos padres.

 

Así lo recuerda un joven:

 

—Mi papá y mi mamá fueron siempre muy unidos, se querían mucho. Cuando tenía 13 años, mi padre se enfermó de una condición neurológica progresiva que finalmente lo llevó a la muerte. En esos momentos en mi casa había mucha preocupación y mi madre se volcó por completo a cuidarlo y después vivió un duelo largo, interminable. Fue entonces cuando me uní a un grupo de amigos con los que comenzamos a usar alcohol y marihuana. El estar con ellos, el tomar y fumar me hacían olvidar lo que pasaba en mi casa.

 

Cuando en una familia uno de los hermanos consume, particularmente el hermano mayor, que actúa como modelo para los demás, es muy frecuente que los menores también entren en esa vía.

 

 

Conocer estos factores de riesgo en detalle puede hacer una gran diferencia, así como la prevención al momento de guiar a nuestros hijos en el período de experimentación, al que es probable que estén expuestos.

 

 

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