Codependencia: La ansiedad de la familia frente a una Adicción.

Cuando ocurre una adicción, la familia puede desarrollar una gran ansiedad por determinar si existe o no esta enfermedad y cuáles serían las causas que la originaron.

 

Tan importante como determinar la existencia de una adicción en un hijo, un padre, pareja o cualquier persona querida, es comprender que cuando ésta ocurre, la familia también se va enfermando y manifestando una serie de síntomas que van deteriorando sus relaciones y sus emociones, lo que finalmente la lleva a desarrollar una condición llamada Codependencia.
Tal y como lo señala el libro Drogas y Alcohol- Enfermedad de los sentimientos- del Dr. Raúl Schilkrut y Maite Armendáriz “Si los tratamientos aumentaron su eficacia desde alrededor de un 10% a cerca del 40% cuando por fin la ciencia médica aceptó que la dependencia química o adicción, era una enfermedad, el segundo gran salto en la eficacia ocurrió en los últimos quince a veinte años cuando se estableció el concepto de Codependencia”.

 

Cada integrante vive el sufrimiento de tener un familiar en consumo de una manera diferente. Así como lo señalamos en un artículo sobre los Roles de la Codependencia,  a medida que la enfermedad va avanzando la familia va adoptando diferentes roles en la dinámica que no sólo pueden afectar el curso de la enfermedad, si no que también pueden dañar la salud física y emocional, la autoestima y la vida diaria de todos sus componentes.

 

Entender cuáles son estos roles y cómo afectan la dinámica familiar es relevante para definir cómo se debe actuar con una persona en dependencia química. La ayuda de expertos en la materia es un camino que apoya la rehabilitación de una persona.

 

 

La Familia como un todo
Debemos comprender que la enfermedad de la adicción impacta a todos los integrantes de una familia.
Se ha visto que por cada persona que consume y cae en una adicción, hay un promedio de diez que están involucradas de algún modo en el círculo, sufriendo alrededor.

 

Ese sentimiento de impotencia, sumado a la vergüenza que golpea ante cada nuevo desastre que provoca el familiar que consume, lleva paulatinamente a la familia a una actitud de aislamiento.

 

En general se van quedando muy solas. Les es difícil compartir lo que les está sucediendo y, asimismo, entablar cualquier otro tema les parece falso.
Tras el cuestionamiento comienza a primar la idea de que ya nada vale la pena.

 

En ocasiones se ha logrado determinar el consumo excesivo de un miembro de una familia por la consulta psicológica efectuada por un integrante de ésta, el que suele concurrir por cuadros de depresión, ansiedad o angustia.

 

Si la familia no se mejora de su codependencia, el paciente tampoco sanará de su dependencia.

Averigua más sobre este y otros temas en:

Schilkrut

 

 

 

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