La falta de compromiso: cuando la Adicción afecta las emociones de una persona.
Como hemos visto en Schilkrut Adicción y Familia, cuando una persona desarrolla una Adicción se va produciendo una verdadera anestesia en las emociones y en los sentimientos de manera progresiva, provocándole un trastorno generalizado con su entorno y consigo mismo.
Hoy se sabe perfectamente que la orientación en la realidad es una función primariamente emocional y que, en un segundo momento, la transformamos en un concepto intelectual.
Por ejemplo, cuando llegamos a una ciudad que no conocemos y empezamos a caminar por una calle y de repente nos perdemos, comenzamos a sentir que tenemos el pecho y el estómago un poco apretados, transpiramos, podemos tener alguna palpitación. Miramos a todos lados, nos volvemos desconfiados, nos asedian fantasías angustiosas.
Este sentimiento que denominamos angustia o miedo, nos permite darnos cuenta que nos acecha un peligro.
Caminamos rápidamente hasta que encontramos otra vez la calle principal que está iluminada, con mucha gente, policías, comercio. En ese instante experimentamos exactamente lo contrario.
Nos tranquilizamos, desaparecen esas sensaciones del cuerpo tan molestas y nuevamente nos sentimos distendidos y listos para descubrir las novedades de esta ciudad. Hemos vuelto a sentir relajación y serenidad, lo que nos indica que nos encontramos en una situación segura.
Qué sucede cuando hay una Adicción
Con droga en el cuerpo, las sensaciones reales se van haciendo imperceptibles y esto explica la tranquilidad con que se mueve un dependiente en lugares a los que ni la policía se atreve a ingresar.
Así lo recuerda Rodrigo:
“Una vez fuimos a Los Andes y robamos marihuana a unos traficantes. Se armó un tremendo enredo y estuve quince días preso, incomunicado.”
“Solía acudir a la población La Legua a jalar con traficantes que tenían la pistola en el cinturón.
Al no captar emocionalmente la realidad, el comportamiento de una persona en adicción se va alejando de lo habitual, de lo socialmente consensuado y, en etapas avanzadas, su conducta llega a ser desorganizada y bizarra.
Pero el hombre no solamente se orienta frente a la realidad, sino que actúa y la modifica, se propone proyectos, mira hacia el futuro; en términos psicológicos, tiene motivaciones.
Los afectos están íntimamente entrelazados con la motivación: en la medida en que la persona se une afectivamente con un objetivo, lo desea, se pone en movimiento para alcanzarlo y supera las dificultades y problemas que inevitablemente se interpondrán con la meta a la que aspira. Se compromete con su objetivo.
Es el caso de un deportista que sufre un largo período de lesión, de un empresario que fracasa en sus primeros intentos, de un alumno universitario que no aprueba algún examen difícil y que pese a ello finalmente superan el récord, crean una empresa exitosa, reciben el título que anhelaban.
En una primera etapa el usuario de droga se vuelve inconstante, no persevera en sus objetivos.
El consumidor cambia de carreras argumentando que no es su vocación.
Va perdiendo interés en lo que siempre le había gustado, abandona sus hobbies y deportes, y en etapas avanzadas, privado de iniciativa, pasa largas horas echado en cama mirando televisión, durmiendo hasta muy tarde; deja de ir a clases, llega atrasado o falta a su trabajo.
En ese momento, se mueve sólo por intereses concretos e inmediatos y carece de un proyecto de futuro.
La falta de motivación y compromiso es una condición que puede desarrollarse en diferentes etapas de la vida y por variadas razones, la persona en general puede identificarla y salir de ese tránsito, movilizarse.
En el consumo abusivo y en la dependencia química o adicción suele verse como un rasgo frecuente. La familia tiende a describirlo como carente ganas de hacer cosas que antes si le gustaban hacer, apático, poco sociable con su familia, o flojo porque deserta de lo que estudia o pierde con frecuencia su trabajo.
Poder actuar a tiempo cuando una persona presenta un consumo abusivo de una sustancia es muy importante para frenar un mayor deterioro en la vida de esa persona.
Conoce más en: schilkrut.cl/libro Dr Raul Schilkrut.
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