¡Todo queda en familia!

La familia es considerada como el principal núcleo de socialización de sus integrantes, es el lugar donde se transmiten valores, se aprenden ideas, se adquieren creencias y normas de conducta.  Su funcionalidad va a permitir que sus miembros sean personas autónomas y capaces de integrarse a la vida en sociedad.

 

Si la familia falla, muchas cosas fallan

En artículos anteriores hemos podido ver el rol fundamental que cumple la familia como factor de protección frente al uso y abuso de sustancias o el desarrollo finalmente de un adicción. Si la familia se torna vulnerable y falla también puede ejercer como un factores de riesgo, para sus integrantes, así como lo son aquellos aspecto de tipo genéticos, ambientales o propios del desarrollo de la personalidad.

 

Los padres, cien por ciento actitud

Para la comunidad Schilkrut la clave está en INVOLUCRARSE y COMPROMETERSE en la relación interpersonal con los hijos, pues esto incide de forma directa en mantenerlos alejados de los riesgos que conlleva el consumo de sustancias, ello implica dedicar tiempo, afecto, confianza y abrir espacios de conversación entre otras cosas.

 

Es importante impulsar un AMBIENTE SANO entre los miembros de la familia. Esto no solo se refiere a potenciar conductas positivas como realizar deportes, alimentarse de manera adecuada, o evitar por ejemplo, la contaminación por el humo del cigarrillo.

Un AMBIENTE SANO en la familia también se determina por la forma en que sus miembros se relacionan y tratan.

 

En aquellas familias donde es permanente las desvalorización del otro a través de la crítica o de la hostilidad en la forma que tienen de relacionarse, genera un AMBIENTE que puede incidir en que uno de sus miembros desarrolle conductas de mayor riesgo hacia el consumo.

 

 

La familia es de gran relevancia para todos los que la componen, con independencia del rol que ejerza en ella.

 

Para un adolescente el proceso de socialización familiar es determinante al momento de construir su personalidad, sus actitudes, el auto-concepto, los valores y las habilidades de comunicación, por ello es fundamental que éste se produzca en forma sana.

 

Si el proceso se produce en un clima familiar negativo con un sistema de comunicación disfuncional , se desarrolla una mayor vulnerabilidad hacia el inicio en el consumo de drogas y hacia el mantenimiento de esta conducta.

 

En el Instituto Médico Schilkrut reconocemos el valor fundamental de propiciar un AMBIENTE SANO en el grupo familiar, porque implica fomentar conductas positivas y de colaboración en la relación con otros, donde el respeto y consideración por cada uno de los miembros de la familia sea un valor y la crítica sea expresada y recibida como un aporte constructivo para el que la recibe.

 

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