Adicto al tabaco, ¿fumador social o fumador pasivo?

Algunas personas sólo fuman unos cuantos cigarrillos al día y suelen no considerase adicto al tabaco, o bien se auto denominan fumador leve.

 

Esta idea errada de no sentirse un fumador, no significa que se evitan los peligros del tabaco, ya que no existe un nivel saludable de fumar. Por otro lado hay evidencias fundadas que señalan que el tabaco contiene otras sustancias químicas que no sólo dañan, si no que pueden contribuir a su adicción.

 

Hay personas que expresan que no fuman a diario y lo hacen sólo cuando están socializando con amigos o haciendo ciertas actividades. Estos son los fumadores sociales.

 

Puede ser que ellos piensen que no es relevante al momento de considerar una posible enfermedad ligada al tabaco ya que sólo sucede ocasionalmente. Sin embargo fumar, ya sea de forma esporádica o de manera regular afecta igualmente al que lo hace como a su entorno. Quienes rodean a un fumador son los llamados fumadores pasivos que si bien no fuman directamente se ven afectados con el humo.

 

Las personas que no fuman están expuestas a la inhalación pasiva del humo, o humo de segunda mano, en la casa o en el trabajo aumentando su riesgo de desarrollar enfermedades del corazón en un 25 a un 30 por ciento y cáncer de pulmón en un 20 a un 30 por ciento. Las cifras indican que cerca de 600.000 personas mueren al año en el mundo por humo de tabaco ajeno (OMS 2011)

 

Además, la inhalación pasiva del humo causa problemas respiratorios en niños y adultos, tales como tos, producción excesiva de flema, reducción de la función pulmonar e infecciones respiratorias como la neumonía y la bronquitis. De hecho, cada año alrededor de 150.000 a 300.000 niños menores de 18 meses de edad sufren infecciones de las vías respiratorias causadas por inhalación pasiva de humo.

 

Los niños expuestos a la inhalación pasiva de humo también tienen un mayor riesgo de tener infecciones de oído, asma aguda, infecciones respiratorias y de morir. En los últimos 50 años han habido más de 100.000 muertes de bebes a causa del síndrome de muerte súbita del lactante y de otras complicaciones de salud como resultado del uso de tabaco por los padres.

 

Además, los niños que crecen con padres que fuman tienen más probabilidades de convertirse en fumadores, exponiéndose (y exponiendo a sus futuras familias) al riesgo de desarrollar los mismos problemas de salud que sus padres cuando ellos sean adultos.

 

Aunque puede ser difícil dejar de fumar, los beneficios para la salud de romper con el hábito son inmediatos y sustanciales; entre ellos, la disminución del riesgo de cáncer, enfermedades del corazón y derrames cerebrales. Un hombre de 35 años de edad que deja de fumar aumenta su esperanza de vida en un promedio de 5 años.9

 

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http://www.minsal.cl/prevencion-del-consumo-de-tabaco/

 

 

 

 

 

 

 

 

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