Testimonio: Mentía y manipulaba, mi familia había perdido totalmente la confianza en mi.

Este es el relato de Francisco, te invitamos a revisar el video con su Testimonio y leer parte de la historia de su vida:

 

Tomar se volvió un estilo de vida. Comencé a los 14 y estuve 9 años tomando prácticamente todos los fines de semana. Hacerlo me volvía más canchero, más divertido.

 

Buscaba la forma de salir a carretear, mentía mucho respecto de lo que hacía. Manipulaba a todos y siempre me creían.

 

Mi carrera universitaria se vio afectada, lo que normalmente dura 5 años para mi fueron 7.

 

Choqué varias veces en estado de ebriedad. Junto con las pérdidas materiales y un par de detenciones, hubo lesionados graves. Aún así mis papás no querían ver el problema. Los castigos sólo hacían cambiar mi actitud por períodos cortos.

 

Había momentos en que pensaba: ¡no voy a volver a tomar!, pero no podía hacerlo solo.

Constantemente debía pedir perdón por algo que había hecho, siempre debía estar cubriendo algo, mentira tras mentira. Hasta que la situación se volvió insostenible.

 

Mi papá me pidió que dejara de trabajar en la empresa familiar.

Pensé mucho y dije algo tiene que haber en mi que tiene que cambiar.

 

Llegamos a Schilkrut y entré a tratamiento el mismo día de mi cumpleaños.

 

No tomé más, hasta el día de hoy.

 

El cambio fue de 180 grados.

 

Maduré en dos años lo que otros tardan 10. Todo lo que aprendí lo utilizo en cosas positivas, en la pega, con mi pareja, en la vida.

 

Las emociones siempre las tuve, pero los sentimientos hacia las otras personas se habían anulado, por ello el tratamiento no es solamente para uno, sino para la familia también.

 

Ahora soy mucho mas cercano, tengo un rol activo, me piden consejos, me creen y me consideran.

 

Soy una persona creíble, confiable, que se preocupa de los demás.

 

 

 

 

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