Marihuana en la U… “estudiaba poco y consumía harto”, el daño a su futuro.

“Como a los 18 probé la marihuana y cuando entré a estudiar Administración de Empresas me enganché con un grupo que era bastante carretero, así es que me puse bueno para los pitos inmediatamente. Fue muy rápido, había mucho consumo de alcohol y marihuana, estudiaba poco y consumía harto. Terminé mis estudios y me puse a trabajar con mi papá a los 21 años”.
“A los 23 entré a estudiar Auditoría en la noche, eran 5 años pero me demoré como 8 ya que carreteaba mucho. Nunca me titulé”.
“A los 27 años me casé y empezó una doble vida, trabajaba en el día y hacía creer al resto que estudiaba en la noche, cuando en realidad estaba consumiendo”.
Este es parte del relato de Diego. Él nos cuenta como la marihuana se instaló en su vida y le trajo serios problemas en su desarrollo estudiantil y posteriormente en su vida de adulto.
Para muchos jóvenes que durante la vida escolar la aproximación hacia sustancias adictivas como la marihuana o el alcohol fue restringida o nula, la universidad puede representar un nuevo desafío. Lejos de la mirada atenta de sus padres, ellos deciden entre otras cosas a qué dedican su tiempo, cuáles son sus amistades y si prueban o no una sustancia.
Una historia que no acaba.
La historia que relata Diego sobre el consumo de alcohol y marihuana en los jóvenes universitarios no es nada nuevo. Lo que impacta es que según los últimos estudios (SENDA 2017), lejos de mantenerse o disminuir, la cifra aumentó significativamente.
¿Qué está sucediendo con nuestro jóvenes?, ¿Qué se está haciendo al respecto en las políticas públicas que hoy se están implementando? ¿Los padres han tomado conciencia de esta realidad?
“Mi papá ya cachaba que yo tomaba harto, pero él pensaba que si cumplía en lo académico y era deportista no era tanto el carrete. Mi mamá no cachaba nada, de hecho después del carrete yo tenía que llegar a saludarla y me decía- tienes olor a copete- si mamá, le decía- me tomé una piscola. Puras mentiras”.
El relato de Javier da cuenta de que muchas veces los padres no logran ver la realidad en que están insertos sus hijos.
No sólo están aprendiendo nuevas materias.
Un estudio realizado en siete universidades de la zona sur de nuestro país, arrojó cifras realmente preocupantes respecto del consumo de alcohol y marihuana entre los jóvenes estudiantes.
El informe encuestó a 7 mil 356 alumnos y sus conclusiones arrojaron que el 87% consumió alcohol, y un 60%, marihuana.
Incluyó a las Universidades de Concepción, Católica de la Santísima Concepción, San Sebastián, del Desarrollo, Andrés Bello, Santo Tomás y del Bío Bío.
En la Región Metropolitana se hizo un estudio similar, en la Universidad Católica de Santiago, con resultados bastante parecidos señala el Dr. Mariano Montenegro en una entrevista realizada en un medio del sur.
De acuerdo a lo que el mismo profesional manifiesta “lo más tremendo es ver que hay un 25% de consumo problemático de marihuana en el estudio de Concepción” esto es 1 de cada 4 estudiantes.
Estos chicos están poniendo en riesgo su salud, su desempeño y nivel de aprendizaje– la deserción está relacionada con este uso- además de que hay altas probabilidades de que puedan transformarse en consumidor problemático en la universidad.
Bajo riesgo… riesgo Alto!
Hay que recordar que en último estudio de Senda, el consumo en los mayores de edad se había estabilizado. Sin embargo en esta nueva medición, en jóvenes de hasta 25 años, la cifra creció de manera brutal de 24% a 34%, y eso fue la subida más grande que tuvo cualquier segmento etario en Chile.
La percepción de riesgo, según este mismo estudio va en tan solo un 30%.
¿Pero a qué se debe esta baja en la percepción de riesgo de la marihuana?
Según lo señala este mismo profesional… “ha habido una banalización de los daños que causa, insuficiente información hacia la sociedad de que la marihuana es muy dañina, que altera los cerebros de los adolescentes, la misma ONU lo ratificó en 2015: la marihuana es una sustancia cada vez más dañina, que tiene siete veces más THC (tetrahidrocannabinol) que la de los 70, porque hay una selección de las semillas, lo que genera alteración de la memoria, baja concentración y motivación, es decir, reduce todas las herramientas del aprendizaje.”
Sin lugar a dudas es una situación a la que debe dársele toda la importancia necesaria para resguardar a nuestros niños y jóvenes, su desarrollo y su futuro.
Una manera de ayudarlos a desarrollarse adecuadamente y de manera sana es estimular en ellos el deporte, actividades culturales, la participación en organizaciones de bien social, el teatro o la música entre otros. Como padres y como familia, es vital dedicarles tiempo y espacio a compartir sus inquietudes.
Hay países como Islandia que han tenido resultados asombrosos modificando las conductas de riesgo y estimulando la vida familiar.
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